El domingo huimos de las nubes bajas con viento del norte. Así que
Asun,
Lourdes,
Pilar,
Álvaro,
Imanol C.,
Imanol E. y yo fuimos hacia el sur. En Etxegarate llovía, en Alsasua Llovía, en el norte de Urbasa llovía...; pero en las Améscoas, en la cara sur de Urbasa alcanzamos la frontera entre la lluvia y el nublado. Dejamos un coche en el cruce de la carretera que atraviesa Urbasa, desde cerca del Balcón de Pilatos hasta Opakua, y seguimos en otros dos hasta Aranarache. Desde el pueblo subimos a la ermita de San Lorenzo y nos acercamos a visitar Akuandi (a salvo de los caprichos de la meteorología). Es una cueva espectacular con lo mejor al final, en el segundo lago: pero lo más divertido fue el paso donde dos anillas dieron sentido a cargar la cinta para asegurar nuestros pasos.
Bautizamos un túnel que elude una pared inclinada como el Paso del los Nabos.
Fijaos en el hito que aparece en el corte rocoso de la derecha...
Tampoco estaba nada mal sentarse en un trono espeleológico.
En la orilla del segundo lago.
Apunto una lección de espeleología y francés:
-estalac
tita, con te,
tombent (caen);
-estalag
mita, con eme,
montent (suben).
Las estalagmitas eran gruesas, las estalactitas largas y finas como agujas de punto.
Y esta fotografía es de
Imanol E.
Pasamos una hora y cuarto de exploración. Después almorzamos y buscamos la otra cueva cercana y prometedora: Noriturri.
Noriturri tiene un recorrido sencillo, de paseante, con paredes lisas, erosionadas, sin demasiados nabos, sin agujas de hacer punto... Al final el suelo muestra bañeras ya secas y erosionadas, algunas colmatadas de una arcilla arenosa. Parece que se acaba, pero a la derecha surge una sorpresita: una galería que obliga a cierto contorsionismo (repta que te repta) para alcanzar una especie sala circular con los estratos calizos bien dibujados.
Además:
-en el hayedo aparecían los primeros brotes primaverales;
-poco antes de regresar al primer coche, estrenamos la temporada de bejines.
