viernes, enero 29, 2016
Balerdi (desde Subizelaigañe)
Confieso de nuevo que la cima de Balerdi es mi favorita entre las de la sierra de Aralar. Es aérea y con cresta de aproximación; la única a la que se sube bajando; está tan bien repartida que uno puede tener un pie en Navarra y otro en Guipúzcoa; ofrece vías de acceso casi perdidas que recuperan la dimensión montañera al margen del camino de pinturas o la vía normal (conga, gusanito, procesionaria); a menudo el buzón cimero guarda un libro de cima.
En la imagen aparece visto en un día otoñal de 2015, desde Subizelaigañe, en la divisoria de las aguas (vapor de).
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jueves, enero 28, 2016
Pie violeta (Lepista personata)
Quizá lo más hermoso de estas setas es su pie, aunque al recolector le llama más la atención que se encuentran en buenos años (como este 2016) en pleno enero o febrero, y al micófago le agrada su sabor. Las de la imagen forman parte de una excelente cosecha resuelta en algún lugar de Navarra (...) el 24 de enero y día de luna llena.
miércoles, enero 20, 2016
Desde Txorrotxeta (1 273)
Así se veía San Donato desde Txorrotxeta. |
Enraquetados. |
Huella del paso de un ángel ¿o de un arcángel? |
miércoles, enero 13, 2016
Palabresco: abruputo
domingo, enero 10, 2016
El mar Cantábrico desde Mandoegui (1 046)
Inicio de la bajada de Mandoegui, 9 de enero de 2016. Al fondo del cordal, las dos jorobas de Adarra; a la derecha, San Sebastián; más allá, la línea del horizonte, el mar. Fotografía de Pilar. |
Siempre he pensado que este cordal clásico debería llamarse Urepel Adarra, y me sobra como argumento que, partiendo de la cima más alta y caminando en ese sentido, se ve el mar.
viernes, enero 08, 2016
Aleuria aurantia, Peziza aurantia
Antes Peziza aurantia, ahora Aleuria aurantia; el 16 de diciembre de 2015, un destello micológico anaranjado en el Valle de Ibargoiti, Navarra.
sábado, enero 02, 2016
2016, seguiremos siendo jóvenes mañana
"El tiempo de la existencia compartida es un viaje que recorre y recupera continuamente, en su caminar, los lugares y los instantes de la propia odisea. ¿Hacer el amor con una mujer de sesenta años?, proclamaba una vez mi amigo Roberto en el café. Por favor, ni hablar. Pero -añadía, rectificando el interrogante retórico- Paola no tiene únicamente los sesenta de hoy, también es la cuarentona, la treintañera, la veinticincoañera con la que he vivido mis días. Así que su edad media es joven y seguirá siéndolo mañana. Un rostro se hace más intenso, más marcado y consciente, más apagado y seductor. Alrededor de esa boca, debajo de esa nariz, en alguna leve señal de arruga, en las aguas oscuras de los ojos erran los años, pasados y presentes, se dibuja y se graba el tiempo; la curva de la garganta es la cuenca del tiempo, el lecho de su río. La boca que arrastra en ese río siempre es la de ayer, de hoy; es posible que Heráclito se haya equivocado, nos bañamos siempre en el mismo río, en el mismo infinito presente de su fluir, y el agua es cada vez más tersa y profunda. Descender la pendiente hacia el mar Negro, aceptar la corriente, jugar con sus remolinos y sus crestas, con los pliegues que dibuja en el agua y en su cara."
Claudio Magris, El Danubio, Anagrama, 1997, p. 135.
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