jueves, diciembre 27, 2012
viernes, diciembre 21, 2012
Doce meses, once propuestas (de caballerosidad)
1. El gesto
El gesto se impone a la musculatura o a las lorzas, el gesto (la postura) brinda la apostura. El caballero entroncará en la postura que las apariencias son lo que importa. Recuerda: no importa lo bueno que seas, importa lo bien que des a conocer lo bueno que eres. Así que, de momento, camina erguido, hombros hacia atrás, vientre hundido, no arrastres los pies, mirada al frente, sonrisa incipiente (sin excipientes), mira a los ojos de las damas cuando hablas (despacio). Acepta cualquier interpretación que haga la dama de tu apostura o impostura concentrado en pegar tu ombligo a los riñones. Agradece para tus adentros no tener que llevar faja. Ya te relajarás cuando duermas. El gesto es un continuo Pilates vital.
2. Las puertas
Los caballeros abren las puertas a las damas y dejan que ellas pasen primero. Pero, ¡cuidado!, para esto se tienen que dar dos condiciones básicas:
-Que el caballero sepa qué hay detrás de la puerta. Nunca dejará que la dama pase primero si no sabe qué peligro puede acechar más allá.
-Que la dama sea, efectivamente, una dama.
3. El trato de usted
Antaño se reservaba el "usted" a los mayores (no confundir con los jubilados, ni siquiera con los jubilados discotequeros de Benidorm) y se añadió a los mayores "en dignidad y gobierno" (lo mismo un obispo que un general). Caballero, reserva hoy la dignidad (y el gobierno), en primer lugar, para las damas.
(Hay una corriente libérrima y democrática en el trato, a la que el moderno caballero se suma, que trata de usted a quienes están trabajando y que, al mismo tiempo, reconoce como mayores en dignidad a los gobernados desempleados y desacredita a quienes gobiernan a esos desempleados. Esto significa que el usted queda para los mayores (no confundir con jubilados), para los que están trabajando, para los desempleados que sufren, para el gobernante que evita el sufrimiento de los gobernados...).
4. Conducción de automóvil
Ya no hay que arrear a los caballos ni soportar las ventosidad de las bestias de tiro. Así que siempre se cederá a la mujer el puesto de piloto del vehículo. Y se dejará que sea ella quien elija la música o la radio para amenizar el viaje, a sabiendas de que la condición de dama no va unida a la del buen oído. Ofrécete solícito para ordenar el maletero, limpiar de vaho los cristales o reparar lo que haya que reparar.
5. En la mesa
La dama elige la bebida. (Lambrusco, Fanta, Heineken y Coronita no entran en la categoría de bebida, pero, si es preciso, tomarás impertérrito productos "lácteos" derivados de la soja o incluso Coca Cola). Siempre se ofrece la posibilidad de que la dama elija el postre, jamás se comparte postre con ella. El principio del fin de la caballerosidad son los postres con cucharitas compartidas.
6. Piel
Antaño la piel de un caballero era pálida, y la de la dama, porcelana. En el siglo XXI, el caballero prudente jamás estará más bronceado que la dama. Pero esta propuesta es tan fácil de llevar adelante que no necesitas mayor esfuerzo ni explicación.
7. Abrigo
Si la dama tiene frío, el caballero ofrecerá su prenda de abrigo. Si la prenda de abrigo del caballero no es de la talla ni de la calidad requerida para la dama, igualmente el caballero se desprenderá de ella para llevarla al hombro o en el brazo. Eso se puede llamar, burdamente, solidaridad; con más precisión: empatía; con exactitud: disciplina. Nunca un caballero estará más abrigado que una dama.
Recuerda: en los espacios cerrados, tu sonrisa será refrescante con el aire acondicionado a 27ºC en invierno o en verano. Mentalmente, puedes repetir el mantra: "El frío/calor es un estado de ánimo". O con un arranque físico: "El frío es quietud; el calor, movimiento".
8. Cine
Se acepta ver la película que ella desea, excepto si es la anual promoción de Woody Allen.
9. Redes sociales y móvil/celular
No se atiende a las redes sociales cuando se conversa con una dama, tampoco se responde a las llamadas telefónicas. Un caballero puede renunciar a la conexión en la Red.
10. Flores y chocolates; pañuelos
Sólo del tiempo: chocolates y flores.
De papel, los pañuelos (en plural). No guardes en el bolsillo mocos y escupitajos pegados en un pañuelo de hilo, por más primorosamente que lo dobles. El pañuelo (en singular) de hilo es para prestar a la dama si hay sudor o sangre, a sabiendas de que es un préstamo de por vida. El caballero da al pañuelo de hilo la condición de "desechable" no porque prescinda de él, sino porque no tiene parangón con una gota de sudor o sangre de la dama.
"Decidí vender mi alma al diablo. El alma es lo más valioso que tiene el hombre, de modo que esperaba hacer un negocio colosal.
El diablo que se presentó a la cita me decepcionó. Las pezuñas de plástico, la cola arrancada y atada con una cuerda, el pellejo descolorido y como roído por las polillas, los cuernos pequeñitos, poco desarrollados. ¿Cuánto podía dar un desgraciado así por mi inapreciable alma?
-¿Seguro que es usted el diablo? -pregunté.
- Sí, ¿por que lo duda?
- Me esperaba al Príncipe de las Tinieblas y usted es, no sé, algo así como una chapuza.
- A tal alma tal diablo -contestó-. Vayamos al negocio."
Mutatis mutandis: A tal dama, tal caballero.
P.D.: Entroncará, apostura, libérrima, impertérrito, burdamente, primorosamente, parangón... mutatis mutandis.
El gesto se impone a la musculatura o a las lorzas, el gesto (la postura) brinda la apostura. El caballero entroncará en la postura que las apariencias son lo que importa. Recuerda: no importa lo bueno que seas, importa lo bien que des a conocer lo bueno que eres. Así que, de momento, camina erguido, hombros hacia atrás, vientre hundido, no arrastres los pies, mirada al frente, sonrisa incipiente (sin excipientes), mira a los ojos de las damas cuando hablas (despacio). Acepta cualquier interpretación que haga la dama de tu apostura o impostura concentrado en pegar tu ombligo a los riñones. Agradece para tus adentros no tener que llevar faja. Ya te relajarás cuando duermas. El gesto es un continuo Pilates vital.
2. Las puertas
Los caballeros abren las puertas a las damas y dejan que ellas pasen primero. Pero, ¡cuidado!, para esto se tienen que dar dos condiciones básicas:
-Que el caballero sepa qué hay detrás de la puerta. Nunca dejará que la dama pase primero si no sabe qué peligro puede acechar más allá.
-Que la dama sea, efectivamente, una dama.
3. El trato de usted
Antaño se reservaba el "usted" a los mayores (no confundir con los jubilados, ni siquiera con los jubilados discotequeros de Benidorm) y se añadió a los mayores "en dignidad y gobierno" (lo mismo un obispo que un general). Caballero, reserva hoy la dignidad (y el gobierno), en primer lugar, para las damas.
(Hay una corriente libérrima y democrática en el trato, a la que el moderno caballero se suma, que trata de usted a quienes están trabajando y que, al mismo tiempo, reconoce como mayores en dignidad a los gobernados desempleados y desacredita a quienes gobiernan a esos desempleados. Esto significa que el usted queda para los mayores (no confundir con jubilados), para los que están trabajando, para los desempleados que sufren, para el gobernante que evita el sufrimiento de los gobernados...).
4. Conducción de automóvil
Ya no hay que arrear a los caballos ni soportar las ventosidad de las bestias de tiro. Así que siempre se cederá a la mujer el puesto de piloto del vehículo. Y se dejará que sea ella quien elija la música o la radio para amenizar el viaje, a sabiendas de que la condición de dama no va unida a la del buen oído. Ofrécete solícito para ordenar el maletero, limpiar de vaho los cristales o reparar lo que haya que reparar.
5. En la mesa
La dama elige la bebida. (Lambrusco, Fanta, Heineken y Coronita no entran en la categoría de bebida, pero, si es preciso, tomarás impertérrito productos "lácteos" derivados de la soja o incluso Coca Cola). Siempre se ofrece la posibilidad de que la dama elija el postre, jamás se comparte postre con ella. El principio del fin de la caballerosidad son los postres con cucharitas compartidas.
6. Piel
Antaño la piel de un caballero era pálida, y la de la dama, porcelana. En el siglo XXI, el caballero prudente jamás estará más bronceado que la dama. Pero esta propuesta es tan fácil de llevar adelante que no necesitas mayor esfuerzo ni explicación.
7. Abrigo
Si la dama tiene frío, el caballero ofrecerá su prenda de abrigo. Si la prenda de abrigo del caballero no es de la talla ni de la calidad requerida para la dama, igualmente el caballero se desprenderá de ella para llevarla al hombro o en el brazo. Eso se puede llamar, burdamente, solidaridad; con más precisión: empatía; con exactitud: disciplina. Nunca un caballero estará más abrigado que una dama.
Recuerda: en los espacios cerrados, tu sonrisa será refrescante con el aire acondicionado a 27ºC en invierno o en verano. Mentalmente, puedes repetir el mantra: "El frío/calor es un estado de ánimo". O con un arranque físico: "El frío es quietud; el calor, movimiento".
8. Cine
Se acepta ver la película que ella desea, excepto si es la anual promoción de Woody Allen.
9. Redes sociales y móvil/celular
No se atiende a las redes sociales cuando se conversa con una dama, tampoco se responde a las llamadas telefónicas. Un caballero puede renunciar a la conexión en la Red.
10. Flores y chocolates; pañuelos
Sólo del tiempo: chocolates y flores.
De papel, los pañuelos (en plural). No guardes en el bolsillo mocos y escupitajos pegados en un pañuelo de hilo, por más primorosamente que lo dobles. El pañuelo (en singular) de hilo es para prestar a la dama si hay sudor o sangre, a sabiendas de que es un préstamo de por vida. El caballero da al pañuelo de hilo la condición de "desechable" no porque prescinda de él, sino porque no tiene parangón con una gota de sudor o sangre de la dama.
11. La condición de la dama marca la condición y las posibilidades del caballero
Mrozek se refería así en el relato "El socio"a la relación entre el alma en venta y el diablo comprador.
Mrozek se refería así en el relato "El socio"a la relación entre el alma en venta y el diablo comprador.
"Decidí vender mi alma al diablo. El alma es lo más valioso que tiene el hombre, de modo que esperaba hacer un negocio colosal.
El diablo que se presentó a la cita me decepcionó. Las pezuñas de plástico, la cola arrancada y atada con una cuerda, el pellejo descolorido y como roído por las polillas, los cuernos pequeñitos, poco desarrollados. ¿Cuánto podía dar un desgraciado así por mi inapreciable alma?
-¿Seguro que es usted el diablo? -pregunté.
- Sí, ¿por que lo duda?
- Me esperaba al Príncipe de las Tinieblas y usted es, no sé, algo así como una chapuza.
- A tal alma tal diablo -contestó-. Vayamos al negocio."
Mutatis mutandis: A tal dama, tal caballero.
P.D.: Entroncará, apostura, libérrima, impertérrito, burdamente, primorosamente, parangón... mutatis mutandis.
miércoles, diciembre 19, 2012
Urnobitza (643) y Kakuta (925): una expedición memorable
Tomad un mapa y unid estos puntos de la geografía guipuzcoana: 1 Azkoitia (105), 2 puerto de Azkarate (caserío Buenos Aires), 3 cima de Urnobitza (643), 4 Madariaga, 5 Azurki, 6 cima de Kakuta (925), 7 Azkoitia.
La solución de nuestro guía, Patxi, pasó por un entrenamiento de fondo y psicológico, en pos de su curiosidad, por kilómetros de asfalto del 1 al 2 y del 4 hasta más allá del 5. Ojo, tampoco faltaron pistas cementadas ni tobogán.
El lema
Lo que no te mata te hace más fuerte.
La táctica aplicada
-Siembra del miedo y la desazón.
El guía descarta otros vehículos y conduce su coche único hacia la encerrona "montañera". De camino hacia Azkoitia, tras el redesayuno en Zarauz, coloca a la audiencia de su Forfi la banda sonora de El planeta de los simios. Logra el efecto perturbador.
-Incertidumbre en la ruta asfáltica.
Sólo el guía maneja (misteriosamente) los mapas. Cita nombres que los demás no conocen, mantiene la incertidumbre sobre los kilómetros que faltan, especialmente si son de asfalto, valora como positivo el asfalto cuando es en ascenso.
-El sí pero no no.
Cuando se abandona el asfalto por primera vez (después de más de 7 km) promete más, coloca una cima y luego un descenso para romper el ritmo de quien lo haya logrado tomar (el ritmo) y después... ¡más asfalto!
-Ahumamiento selectivo.
Pero el asfalto por sí solo puede no ser suficiente. Y aprovecha la única quema de maleza en el territorio guipuzcoano para ahumar al montañero arenque necesitado de oxígeno (de nuevo en asfalto, en una zona de ascenso al "Mortirolo vasco" con curvas que permiten ahumarse por la derecha, por la izquierda y de nuevo por la derecha).
-Castigo muscular (¿disciplina soviética?).
Cuando las piernas han perdido la chispa, llega el momento del almuerzo. Tras el espejismo de la deliciosa comida, la chispa perdida se suma al frío. Los cuerpos ya están entumecidos.
-La pérdida aparente
Porque "Ningún perdido se pierde". Las piernas ya sólo van en primera y se enfrentan entonces, sin aparente capacidad de cambio de marcha, a la pérdida en la ladera norte de Kakuta, improvisación que aunque parezca maliciosa, obliga a los montañeros a recuperar viejas sensaciones montañeras beneficiosas. Suben fuera de senda y tienen que volver fuera de senda al camino que habían abandonado un rato antes. Ya está, ya se ha recuperado el sabor montañero y sólo han sido necesarias cinco horas.
-Frío y ambición
Patxi gestiona entonces el frío de quienes aún no han entrado en calor (que necesitan acelerar para calentarse) y la ambición de quienes quieren llegar primero a la cima más alta del día. Remolonea, los provoca desde la zaga, se pone a rueda amenazándolos en los talones con su jadeo de Darth Vader. Basta entonces con ascender a Kakuta el último tramo por la vía normal.
-Santificación del sufrimiento y exaltación del misterio.
Bajo la enorme cruz de Kakuta, contra toda lógica, contra la razón humana, contra todo pronóstico: risas y abrazos.
-Iniciamos el descenso. Como bien se sabe, el mayor peligro está en los descensos, pero Patxi opta por la bajada clásica a Azkoitia, entre calizas y poco barro. Esto no quita para que haya algunas culadas. Un entretenimiento... para los que se salvan y ven cómo la estadística de la caída de ceba en otros.
-Últimos momentos contemplativos: vemos muérdago muy bonito a mano y recogemos algunas ramas; vemos robles centenarios todavía con las hojas (pero no los arrancamos); oímos borregos que nos saludan como sus pares en la llegada a Azkoitia, un momento bucólico y casi pastoril.
Así que Asun, Pilar, Patxi Curioso Andador y yo terminamos la vuelta más fuertes (cfr. "Lema") en siete horas, apurando la última luz del sábado 15 de diciembre en una cafetería de Azkoitia a la que basta poner una jota para imaginarla como parte de un espacio mítico o de Groenlandia: Azkjoitia.
A Patxi también le ponemos una jotas, es el mejor, el irrepetijble.
Volvemos de noche. Con música clásica y B.S.O. amables de películas. A a mí, como secuaz, me toca la última misión del día: no dejar que Asun se duerma relajadamente en el viaje de vuelta.
Esperamos ansiosos más rutas de Patxi.
martes, diciembre 18, 2012
Recorrido por la nieve de Aralar
viernes, diciembre 14, 2012
Vista desde Murumendi (868)
Txindoki. Y Balerdi, Artubi, Beoain, Oakorri, Aldaon... |
Copio de Javier Urrutia en Mendikat:
"Se trata de una montaña ligada a una remota tradición mitológica que ha cristalizado en una multitud de leyendas sobre Mari, gentiles y lamias. En su vertiente oriental, sumamente escarpada, hay una cueva que fue una de las moradas usadas por Mari o Marimunduko, que envuelta en una bola de fuego cruzaba de Murumendi a Larrunarri o a Aketegi, donde tenía otras cuevas-moradas. A veces, de forma más discreta, lo hacia en forma de nube o incluso en forma totalmente humana.
Los gentiles subieron a esta montaña. Un gentil quería lanzar una gran piedra hasta Salamanca usando una honda. Otro gentil intentó detenerlo pues en esa ciudad vivía su abuela y no quería que sufriese daño. El gentil atendió el ruego y dio menos fuerza a la honda. El peñasco se dividió en dos partes en el aire, cayendo uno en el monte Ausa-Gaztelu en la sierra de Aralar encima de Zaldibia y el otro en el prado de Alotza, siendo este el supuesto menhir de Saltarri".
La ruta circular desde Urkía se completa tranquilamente en unas cuatro horas y tiene el encanto de algunos parajes anacrónicos. Además, me gusta que se pasa por varios ecosistemas: repoblación de abetos, abedular, pinar viejo de insignis, hayedo, robledal... En Murumendi (868) cumplimos con un almuerzo feliz, con el lomo al sol y un recuerdo para Peña Santiago (uno de los hitos de la cima). Quizá lo más hermoso del día fue contemplar Aralar en lontananza. A veces hay que separarse un poco de las cosas...
En la bajada hacia los caseríos Lizardi, pasamos por la variante del Camino de Santiago (arruinada por las motos crosseras) y recogimos medio kilo de gamuza (Hydnum repandum).
La montaña y el estreno (Uharrain y Alborta)
Último trecho de ascensión a Alborta. |
La civilización mengua desde el coche aparcado junto al contendor de basura (casi Km 10 de la carretera a San Miguel de Aralar): dos leñadores trabajando en el clareo del hayedo, dos pottokas, las rodadas en barro y nieve, nieve dura junto a Prantzes erreka ...; L. ha dejado atrás la pista de la civilización cuando termina la pista de cemento oculta bajo la nieve.
Ya asciende animada por una palita de nieve hacia el collado que separa Subezelaigaña y Uharrain. Aún están dibujadas las huellas marcadas el día 6 de diciembre con Asun, Pilar, Ángel y Patxi en la ola de nieve. Seguimos la huella dura de Patxi (llamadle Patxi Peligro) que secundó Asun (llamadle Asun y no le dejéis una cantimplora). Desde el collado, vemos la estampa de las Malloas con las cimas más altas nevadas y tapadas por nubes como una colección de chapelas. Balerdi está limpio y para mí es un detalle importante, para L. es más importante que se ven unos pueblos debajo (Azkarate, Atallo, Betelu) y que ya está en la cima. O quizá no..., todavía hay que escalar (no subir, ¡escalar!) hasta donde colocaron el buzón con pinta de tienda de campaña. Allí, en la cima de Uharrain (1.221), el montañero ecologista ha dejado su tarjeta.
Bajamos para volver a subir. (A ver cómo se lo explico...). Nos dirigimos a la cima siguiente: Alborta. Para mis adentros ya he descartado Tutturre. Sé que le gustará el buzón con aspecto de Amanita muscaria metálica. Cuando llegamos, encontramos el buzón roto, el sombrero de la seta en el suelo. Arreglo chapucilla y fotografía en Alborta (1.228). Ladeamos la montaña para llegar al collado del Abad, y salimos caminando por la niebla de un bosquecillo de hayas. Sé que enfrente está la figura del fresno que aún no vemos. Allí no sopla el viento y comemos caliente: revuelto de hongos (recordamos a Julia) y un poco de dulce de membrillo frío de Pilar (bueeeeno, es un membrillo procedente de Burgos, así que no se quedará destemplado).
El camino sigue con los pies helados, ¿se calentarán? Nos fijamos en las huellas de zorro, nos desviamos para ver las placas de hielo de un abrevadero. Los frutos rojos de los espinos blancos son bonitos. Son bonitos también los acebos. Las cuevas, en cambio, son una amenaza, una posibilidad latente en toda la aventura.
Diez minutos antes de llegar al coche, visitamos la cueva de Amutxate: sin estrechuras, sin contorsionismos. Después, motorizados, subimos a San Miguel en coche. A L. le gusta el iglú que han levantado sobre la nieve que cubre la pista a Uharte. Ante nosotros el murallón imponente de San Donato, -2ºC, el sol se pone por Urbasa. Visitamos el Santuario. Como el bar está cerrado (en esta estación sólo abren fines de semana y festivos), bajamos al Ostatu de Baraibar: caldo y café con leche. Se ha hecho de noche, y no ha sido inopinadamente.
jueves, diciembre 13, 2012
Un cartel de nuestro tiempo
"Sin trabajo
Sin ayudas
Sin casa
Gracias"
El cartel es de un mendigo sentado en el suelo. Maldito agradecimiento.
miércoles, diciembre 12, 2012
12, 12, 12...
Dan las 12 del 12 del 12.
(...)
¡Claro! Los mayas eran gente precisa.
Esperaré.
P.D.: 12 y 12 del 12 del 12. (...) ¡Claro!, debe de ser a las 12 hora maya. Seguiré esperando.
P.D.2: ¿Estos mayas manejaban nuestro huso horario de 24 meridianos?, ¿usarían el tiempo solar verdadero? Si es que todo son dificultades para ser puntual con el fin del mundo...
P.D.3: ¿Que es el 21 y no el 12? Eh..., bueeeeno, ¿pero a quién se le ocurre?, pudiendo elegir el 12 del 12 a las 12 y 12. He decidido que no acudiré a la cita con el fin del mundo. Si él quiere, ya me buscará.
(...)
¡Claro! Los mayas eran gente precisa.
Esperaré.
P.D.: 12 y 12 del 12 del 12. (...) ¡Claro!, debe de ser a las 12 hora maya. Seguiré esperando.
P.D.2: ¿Estos mayas manejaban nuestro huso horario de 24 meridianos?, ¿usarían el tiempo solar verdadero? Si es que todo son dificultades para ser puntual con el fin del mundo...
P.D.3: ¿Que es el 21 y no el 12? Eh..., bueeeeno, ¿pero a quién se le ocurre?, pudiendo elegir el 12 del 12 a las 12 y 12. He decidido que no acudiré a la cita con el fin del mundo. Si él quiere, ya me buscará.
Aralar: primera gran nevada del otoño 2012
Tramo entre las campas de Albi y el collado de Beloki. |
Poco antes de Txorrotxeta (al fondo: Tutturre). Fotografía de Patxi. |
Viento sobre la nieve entre Txameni y Desaomendi. Fotografía de Pilar. |
Pilar llega a Desaomendi. Fotografía de Patxi. |
Fue el sábado 1 de diciembre.
P.D.: Ya me he comprado raquetas.
Clavijas de Cotatuero, Faja de las Flores, Tozal del Mallo y clavijas de Salarons
Desde la pradera de Ordesa, accesible en coche (en temporada "baja"), Álvaro, Ángel, Imanol y yo subimos hacia las clavijas de Cotatuero. El peligro en ese paso se presenta más en el ánimo del montañero que en las propias clavijas (en buen estado y con cable), sobre todo si el día es seco. Superamos el tramo de clavijas. El arroyo del barranco de Cotatuero no tenía mucha agua en las cascadas. La nieve se veía en los cercanos tres miles, pero aún caminábamos por las praderas leonadas. Llegamos a la Faja de las Flores y habíamos avanzado un buen trecho cuando nos topamos con un sarrio. Nos quedamos inmóviles y el animal, excitado, amagó pasar por nuestra derecha e izquierda hasta que, a la cuarta, resbaló ante nosotros y cayó por el precipicio. ¿Recordáis los dibujitos del Correcaminos? Pues la clásica caída del Coyote.
Resbalón del sarrio. Fotografía de Imanol. |
Avanzamos por la senda, almorzamos en la parte alta del circo de Carriata y bajamos hacia las praderas de altura donde se veían muchos sarrios agrupados en pequeños rebaños. Como en las modernas recreaciones televisivas de los tiempos primitivos: ahí estábamos los cuatro trogloditas en la soledad de la montaña caliza, con los rebaños indiferentes de sarrios aquí y allá. "Bajamos" a la cima del Tozal del Mallo (2.254), desde donde vimos cómo los buitres se tiraban hacia el lugar donde estaba el sarrio muerto. Salvamos las clavijas de Salarons y apuramos las últimas luces del día para bajar a la carretera y cerrar la ruta circular en ocho horas el 24 de noviembre.
miércoles, diciembre 05, 2012
Mallas no
Me
dicen que me ponga mallas (acepción 5) para ir a la montaña como si fuera artista de circo o bailarina. Y no... Además, estoy seguro de que, si
me enfundara las mallas, no me iría de rositas: me caería, me partiría
una pierna o el huesillo del culo y hasta correrían por las redes (sociales) vídeos de esa caída y de mis apreturas.
Ese rechazo no puede ser sólo producto de una impropiedad o del temor al ridículo, debe de ser algo genético, dirá alguno. Para dar a ese alguno parte de la razón genética, contaré otra vez la batallita de Eusebio. Leonor, su mujer, le compró (un impulso) en los años sesenta (SXX) un slip. Cuando se lo dio, él lo sostuvo un momento en la mano y le dijo: "¿Qué es esto?". "Un braslip", respondió Leonor. "¡Pues ya te lo puedes poner tú!". (Eusebio, mi abuelo, vestía calzones hasta el tobillo los días más fríos del invierno).
Y, hala, ya os las podéis poner vosotros (las mallas); yo no soy artista de circo, bailarina, personaje de vídeo de primera (o cuarta), Robin Hood de cine clásico, friolero (friolento)..., ni siquiera roquero. Que conste: me pongo el pantalón corto en cuanto hace buen tiempo sin afán de imitar al Angus de ACDC.
Mallas no.
Ese rechazo no puede ser sólo producto de una impropiedad o del temor al ridículo, debe de ser algo genético, dirá alguno. Para dar a ese alguno parte de la razón genética, contaré otra vez la batallita de Eusebio. Leonor, su mujer, le compró (un impulso) en los años sesenta (SXX) un slip. Cuando se lo dio, él lo sostuvo un momento en la mano y le dijo: "¿Qué es esto?". "Un braslip", respondió Leonor. "¡Pues ya te lo puedes poner tú!". (Eusebio, mi abuelo, vestía calzones hasta el tobillo los días más fríos del invierno).
Y, hala, ya os las podéis poner vosotros (las mallas); yo no soy artista de circo, bailarina, personaje de vídeo de primera (o cuarta), Robin Hood de cine clásico, friolero (friolento)..., ni siquiera roquero. Que conste: me pongo el pantalón corto en cuanto hace buen tiempo sin afán de imitar al Angus de ACDC.
Mallas no.
martes, diciembre 04, 2012
Coletazos del otoño: Cantharellus lutescens, burro
Las penúltimas setas en pinar viejo. Rebozuelo anaranjado, angula de monte...: Cantharellus lutescens.
El burro del pinar, en pinar joven.
Viernes 30 de noviembre, paseo solitario, montañero y guipuzcoano; con salida de Anoeta, paso por Alkiza y llegada a Anoeta.
El burro del pinar, en pinar joven.
Viernes 30 de noviembre, paseo solitario, montañero y guipuzcoano; con salida de Anoeta, paso por Alkiza y llegada a Anoeta.
Pi, po: el veneno del énfasis
Sucedido. Las dos señoras (sesentonas flacas) me increpan cuando no cedo en mi posición de peatón por la acera: "¡Que se va por la derecha!", dice la primera con mal tono. "Señora..., ¡que no llevo paraguas!", respondo pasmado (¿la derecha?). "Pues se sale de casa con él, gua pi to". (Pausa entre sílabas, regodeo en el "pi"). Y para entender el efecto del veneno no basta con leer estas palabras, como diría Borges, hay que oírlas bajo el agua, de noche. Entonces... (A ver, reconozco que si me lo hubiera dicho Lebron James en la misma situación no me hubiera puesto tan serio). Entonces replico en síux de western clásico: "Yo gua pi to, tú no". Y me enroco en el lado cubierto de la acera. Ella, con la facilidad que da la práctica, suelta al momento y de pasada: ¡Y tú gilipollas! (Énfasis en "po").
jueves, noviembre 29, 2012
F-Terminator
El cine nos amenazó con el progreso de las máquinas que conquistaban la Tierra y desplazaban a los hombres. ¿Os acordáis de Terminator? Pero quién iba a pensar que el salto evolutivo de la máquina sería pilotado (aerodinámicamente, eso sí) por la Fórmula 1, y que lo llamaríamos deporte.
¿Alonso, Vettel, Hamilton? Los futuros eslabones perdidos.
¿Alonso, Vettel, Hamilton? Los futuros eslabones perdidos.
lunes, noviembre 26, 2012
Trompetas de la muerte
Trompetas de la muerte en sus últimos compases. |
Las trompetas no estaban muy afinadas y algunas, por el tamaño, más bien merecían el nombre de trombones de la muerte. Son las Cratarellus cornucopioides: trompeta de los muertos, trompetas de la muerte, cuerno de la abundancia.
También había algunas Cantharellus cinereus: cenicientos.
La diferencia está en el color, el tamaño y, sobre todo, en las láminas. |
Preparo tortillas negras de dos huevos. Y arroces trompetísticamente oscurecidos.
P.D.: No veía tantas trompetas de la muerte desde 2007.
miércoles, noviembre 21, 2012
Belkoain (492, 488) y Atxulondo
Saltos de agua en Atxulondo. Fotografía de Imanol. |
P.D.: Como Imanol tiene gepeese me pasa más información: 16.8 kms, 1.246 m de ascenso acumulado, altura máxima 492 m.
P.D.2: Patxi, nos acordamos de ti.
martes, noviembre 20, 2012
El método rovellonesco aplicado al caso con burro
Un setal trabajado, ¿al siguiente? Agudeza visual: descubra los dos rovellones aún sin recoger. |
El viernes 16 de noviembre me recibe el burro entusiasmado. Ya me conoce. Rebuzna y viene al galope (¡galopan los burros? Éste parece que sí). Me da unos topetazos mínimos con la cabeza. Quieeeeeto. Se coloca a mi lado y sigue mis movimientos. Recojo los rovellones por setales. Hago un montoncito en cada setal. El burro olisquea las setas que he he rechazado por agusanadas. Algunas están partidas por la mitad. Da un bocado a una. La degusta. La deja. No es un burro rovellonero, como yo. Cuando me marcho, el burro me acompaña hasta la linde del pinar. Es un "hasta pronto". Le rasco un poco la cabeza, la parte de la quijada, y me voy con dos bolsones de rovellones. (No digo el peso para evitar persecuciones). Oigo su rebuzno de despedida.
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Alrededor de Murumendi (868)
Otoño presente y Aralar al fondo. |
En Itsasondo subí de nuevo al tren. La estación no tiene expendedor de billetes de tren y en ese servicio mínimo no hubo revisor.
miércoles, noviembre 14, 2012
El fracaso de la huelga general del 14 N
Hoy, 14 de noviembre de 2012, adelantándome a las comparaciones con huelgas pasadas, al margen de valoraciones sindicalistas adolescentes (como el parchís: comen una y cuentan veinte), despreciando incluso la valoración asociada al consumo eléctrico, anuncio: esta huelga ha sido de nuevo otro fracaso.
Las amas de casa (término que exige una revisión ya), el sector laboral más numeroso de España, el sector con menos conquistas sociales (¿horarios, vacaciones, remuneración, seguro médico, reconocimiento en el hogar...?), no ha seguido la huelga. Huelga decir que ellas no han seguido los dictados de los piquetes informativos que no llamaban por el telefonillo:
-Servicios mínimos, ¡eh!, el desayuno sólo y ya está, ¡eh!, que si no...
-Que si no qué.
¿Con qué se puede amenazar al ama de casa?, ¿con retirarles lavadoras, lavavajillas, planchas o sartenes con teflón?, ¿con meterles más horas extraordinariaso un ERE? Malditas insolidarias..., claro, como ellas tienen trabajo fijo y ("contrato") indefinido...
P.D.: Y esta noche, me arriesgo, la selección nacional de fútbol (¡La Roja!) trabaja en Panamá, y bien pagá.
Las amas de casa (término que exige una revisión ya), el sector laboral más numeroso de España, el sector con menos conquistas sociales (¿horarios, vacaciones, remuneración, seguro médico, reconocimiento en el hogar...?), no ha seguido la huelga. Huelga decir que ellas no han seguido los dictados de los piquetes informativos que no llamaban por el telefonillo:
-Servicios mínimos, ¡eh!, el desayuno sólo y ya está, ¡eh!, que si no...
-Que si no qué.
¿Con qué se puede amenazar al ama de casa?, ¿con retirarles lavadoras, lavavajillas, planchas o sartenes con teflón?, ¿con meterles más horas extraordinariaso un ERE? Malditas insolidarias..., claro, como ellas tienen trabajo fijo y ("contrato") indefinido...
P.D.: Y esta noche, me arriesgo, la selección nacional de fútbol (¡La Roja!) trabaja en Panamá, y bien pagá.
martes, noviembre 13, 2012
Ayer murió Aristi
El señor Aristi murió ayer con 93 años, antes, mucho antes, enterró una esposa y dos hijos. Tuvo que sufrir mucho, pero nunca lo vimos cercano a la rendición. Jamás le oímos una queja. El señor Aristi vivía solo y tenía la mirada azul, limpia, puesta en los demás. Era un hombre bueno. Hace años empezó a usar el bastón. Un día de ascensor averiado, mi hermano lo vio bajar las escaleras de espaldas, hacia atrás, desde el noveno; hacia adelante no podía. La misa, el pan. Salía todos los días. Luego se pasó a las muletas, más lento, resistente. Empezó a usar la silla de ruedas hace año y medio, la empujaba una mujer rumana muy seria que le hacía la casa y le tomó mucho cariño (era inevitable). Dejamos de ver al señor Aristi hace unos tres meses (?). No queríamos pensar en que se moría y hoy lo entierran.
El señor Aristi dio en su vida ejemplo de bondad y fortaleza. Cuando muere un héroe sin salvas de honor, sin atrezo, tan callando, como el señor Aristi, parece que con él muere toda una estirpe superior, forjada a golpes; con él muere un tiempo.
Los secundarios quedamos aquí abrumados de golpe ante su ejemplo; descolocados; anacrónicos; con la sensación de haber sido deshauciados. Y sólo queda decir: yo tuve la fortuna de conocer al señor Aristi.
El señor Aristi dio en su vida ejemplo de bondad y fortaleza. Cuando muere un héroe sin salvas de honor, sin atrezo, tan callando, como el señor Aristi, parece que con él muere toda una estirpe superior, forjada a golpes; con él muere un tiempo.
Los secundarios quedamos aquí abrumados de golpe ante su ejemplo; descolocados; anacrónicos; con la sensación de haber sido deshauciados. Y sólo queda decir: yo tuve la fortuna de conocer al señor Aristi.
lunes, noviembre 12, 2012
El otoño era esto
Últimas rúsulas en el bosque. |
El otoño (se) fue anteayer, como quien dice, 10 de noviembre de 2012, en un paseo de tres horas con salida de Gorriti y llegada a Leiza, con el paso por las cimas de Guratz (955 m) y Axuste (851 m). Y eso..., que el otoño ilumina la memoria, que me acordé mucho de todos vosotros, y que aquí tenéis muchas fotografías para que hagáis clic y crezcan. Para que crezca en vuestro imaginario el otoño, y os agazapéis como felinos con los omoplatos (ὠμοπλάτη) juntos, a la espera, hasta el año que viene.
Senderuelas, champiñones, pie violetas y setas de cardo
Trabajos senderuelísticos. |
El viernes 9 de noviembre, Leticia, Julia y yo metimos senderuelas, champiñones, pie violetas y setas de cardo a la saca. Una buena cosecha de pradera.
jueves, noviembre 08, 2012
Cuando rovellones... ¡rovellones!
Rovellones en plena actuación, justo antes de oír el "¡coooooorten!" |
Llegué a la estación del tren en Anoeta con dos bolsones llenos. Hoy puedo decir que ya tengo dos pinares rovellonescos para los tres o cuatro próximos años. Sin huella humana recolectora. Serán refugios de futuros momentos de felicidad.
Cuando rovellones..., rovellones. Aunque no dejé ahí los pie azules (Lepista nuda) pistonudos ni los hongos (Boletus edulis).
P.D.: Sí, sí, ya sé, guipuchi robasetas robando en su propia casa...
domingo, noviembre 04, 2012
Viento sur en Eguzkiko Muñoa (1.083)
Aralar desde Eguzkiko Muñoa. Fotografía de Pilar. |
Caminamos sobre montones de hojarasca diseñados por los remolinos del viento. Recogemos las que se suponen últimas castañas de la temporada. Apenas chispean unas gotas de lluvias lejanas que nos trae el viento. Llegamos secos a Leiza.
P.D.: Desde el 11 del 11 del 11 hay un buzón nuevo en Eguzkiko Muñoa. Lo llamaré Iñaki.
Fotografía de Pilar. |
Larrangoiti (1.126), Atxuintxa (1.169), Trango (1.182), Zurkuntz o Zabalenegi (1.212), Napar Basoko Punta (1.225), Urkitza (1.169): por el otoño de la Sierra de Urkilla
Salida del bosque hacia las campas de Urbía. |
Llegada a Naparbasoko Punta. Con mojón y vértice geodésico, sin buzón a la vista. |
Hacia el último mil de la jornada: Urkitza, al fondo la izquierda, la salida boscosa hacia Urbía. |
miércoles, octubre 31, 2012
Hongos a tutiplén: el viaje al pasado otoñal
L., pinícola de kilo y otoño (de 2012, 2006 Y 1995). |
L. no lo sabe, pero estamos en 2006, y en 1995.
Sábado 27 de octubre de 2012. Volvemos a io·@p87lnu (¡malditas interferencias otra vez!). Intento repetir el salto al pasado, pero con un grupo más numeroso. ¿Será posible que el túnel del tiempo tenga capacidad para cinco personas? Asun, Pilar, Ángel, Imanol y yo lo logramos. En esta ocasión llegamos a 1996 y 1997. Abundan los rovellones grandes, las negrillas (Tricholoma terreum) parecen sembradas, hay cosecha de senderuelas (Marasmius oreades), los hongos han vueltoa crecer por kilos tras tres días (¿años, meses, semanas...?, me estoy perdiendo con estos viajes en el tiempo).
domingo, octubre 28, 2012
Caprichos (austriacos) de la fama y chorreo de la memoria
Dices Felix... y no te atreves con el apellido del saltador, pero añades "el austriaco ése". Y entonces caes (en la cuenta): ¿a cuántos austriacos famosos conozco? Schwarzenegger, Lauda (Niki), Mozart, Hitler, Sissi (emperatriz) y su Romy Schneider, Von Karajan, Von Trapp, María Antonieta, Jelinek, Schödinger, Krankl (¡aquel bigotillo!), Zweig...
Me han salido en este orden.
¿En quién habíais pensado?
En España, no hace tantos años, los austriacos eran, sobre todo (sobretodo), abrigos. (Y rusa, la ensaladilla; ingles -¿o era inglés?- a la brasileña; bollo, el suizo; cerveza, Heineken -¡ay!-; español, pan candeal o de picos -¿estatalista?-; gran, el danés; noruego, el bacalao; no te hagas, el sueco...)
Salta a la vista: mejor no preguntar a los austriacos a cuántos españoles famosos conocen. Qué cosa la fama y la memoria.
¡Baumgartner!
P.D.: ¿Los austriacos visten austriacos?
P.D.2: Los austriacos o austríacos.
Me han salido en este orden.
¿En quién habíais pensado?
En España, no hace tantos años, los austriacos eran, sobre todo (sobretodo), abrigos. (Y rusa, la ensaladilla; ingles -¿o era inglés?- a la brasileña; bollo, el suizo; cerveza, Heineken -¡ay!-; español, pan candeal o de picos -¿estatalista?-; gran, el danés; noruego, el bacalao; no te hagas, el sueco...)
Salta a la vista: mejor no preguntar a los austriacos a cuántos españoles famosos conocen. Qué cosa la fama y la memoria.
¡Baumgartner!
P.D.: ¿Los austriacos visten austriacos?
P.D.2: Los austriacos o austríacos.
lunes, octubre 22, 2012
Elecciones al Parlamento Vasco 2012: los blancos y Orexa
Evolución de los votos en blanco en el País Vasco:
2005: 1.223.634 votantes; votos en blanco: 4.035 (0,33%) .
2009: 1.148.697 votantes; votos en blanco: 10.939 (1,01%).
2012: 1.131.485 votantes; votos en blanco: 9.106 (1,29%).
Hemos bajado un poco en el número de votos..., pero es normal con la entrada de EH Bildu. Nos refugiamos en el porcentaje creciente de votos en blanco.
Ahí está el paradigma guipuzcoano de Orexa. (Orexa, siempre).
Votos emitidos: 77. Participación: 89,89%.
EH Bildu: 75 votos (96,15%).
PNV: 2 votos (2,56).
Votos nulos: 2 (2,5%).
Votos en blanco: 1 (1,25%).
Siento una emoción fraterna ante el blanco de Orexa.
2005: 1.223.634 votantes; votos en blanco: 4.035 (0,33%) .
2009: 1.148.697 votantes; votos en blanco: 10.939 (1,01%).
2012: 1.131.485 votantes; votos en blanco: 9.106 (1,29%).
Hemos bajado un poco en el número de votos..., pero es normal con la entrada de EH Bildu. Nos refugiamos en el porcentaje creciente de votos en blanco.
Ahí está el paradigma guipuzcoano de Orexa. (Orexa, siempre).
Votos emitidos: 77. Participación: 89,89%.
EH Bildu: 75 votos (96,15%).
PNV: 2 votos (2,56).
Votos nulos: 2 (2,5%).
Votos en blanco: 1 (1,25%).
Siento una emoción fraterna ante el blanco de Orexa.
Meter baza
Dice que Eva se ha enamorado de su voz, y eso está bien, porque la voz dura; pero cuando lo dice levanta la voz en el murmullo de la cafetería de la universidad y levanta la barbilla un poco más de lo normal al hablar, y entonces creo que podría comprender que ella no se ha enamorado de su papada blanda, creciente (rasurada de raíz, ¿huele a menta?). Y cuando habla de sus gafas, que ella dice que le dan un aire intelectual... ¿Pero es que las gafas de pasta y color (granate, burdeos, tinto...) no dejan ver las arrugas y la mirada embolsada? Intelectual, repite y subraya con un dedo la palabra ¿flotando? en el aire.
Claro, las gafas, cómo explicar que cuando las gafas gustan más que los ojos o la mirada... Quiero meter baza, quiero preguntar qué sabe de eso su mujer, o sus cuatro hijas, por qué el francés se usa para el affaire, que Lolita y American Beauty. Pero llega el camarero con la ensalada y oscila el plato como si fuera una gema tallada y aflorara en la lechuga o en la zanahoria rallada el brillo de una talla de diamante. Y él sigue hablando delante del extraño: y suelta que ella también está enamorada de "su autoridad". Me echo hacia trás como si hubiera aliviado un eructo ácido. ¿Autoridad? ¿De quién? Pero qué es eso de la autoridad.
Entonces llega el profesor Salus a la mesa con la mano en la cadera y frena la confesión desbocada con su presencia, con una queja y una mueca de dolor.
-Cojones, ya está la junta de la trócola.
Ella entra en la cafetería y parece que no nos ve. Él se acomoda las gafas y se despide de nosotros resbaladizo, apuntando con un gesto del brazo hacia el objetivo.
Y Salus corta la salida (¡nula!) como si hubiera escuchado los últimos diez minutos de la conversación con un comentario:
-¡Pero si esa chica no ha cumplido veintidós y tú tienes cuarenta y muchos...! Además, a ésa me parece que sólo le gustan las niñas.
La onda expansiva es silenciosa.
Él sólo puede resbalar al pisar el aceite derramado de la ensalada en el suelo.
Eva se ríe desde la barra de la cafetería ante una caída digna de cine mudo.
Y yo ya sólo puedo decir que... Pero no digo nada, aunque la voz dure.
Claro, las gafas, cómo explicar que cuando las gafas gustan más que los ojos o la mirada... Quiero meter baza, quiero preguntar qué sabe de eso su mujer, o sus cuatro hijas, por qué el francés se usa para el affaire, que Lolita y American Beauty. Pero llega el camarero con la ensalada y oscila el plato como si fuera una gema tallada y aflorara en la lechuga o en la zanahoria rallada el brillo de una talla de diamante. Y él sigue hablando delante del extraño: y suelta que ella también está enamorada de "su autoridad". Me echo hacia trás como si hubiera aliviado un eructo ácido. ¿Autoridad? ¿De quién? Pero qué es eso de la autoridad.
Entonces llega el profesor Salus a la mesa con la mano en la cadera y frena la confesión desbocada con su presencia, con una queja y una mueca de dolor.
-Cojones, ya está la junta de la trócola.
(Trócola = trocánter de Salus.
Salus = abrev. de Salustiano.
Salustiano = mote de Juan, que es bruto y certero).
-Es un jodido -meto baza, ¡ por fin!, señalando a Salus-, no falla, te dice que va a llover y en menos de un día está jarreando.Ella entra en la cafetería y parece que no nos ve. Él se acomoda las gafas y se despide de nosotros resbaladizo, apuntando con un gesto del brazo hacia el objetivo.
Y Salus corta la salida (¡nula!) como si hubiera escuchado los últimos diez minutos de la conversación con un comentario:
-¡Pero si esa chica no ha cumplido veintidós y tú tienes cuarenta y muchos...! Además, a ésa me parece que sólo le gustan las niñas.
La onda expansiva es silenciosa.
Él sólo puede resbalar al pisar el aceite derramado de la ensalada en el suelo.
Eva se ríe desde la barra de la cafetería ante una caída digna de cine mudo.
Y yo ya sólo puedo decir que... Pero no digo nada, aunque la voz dure.
domingo, octubre 21, 2012
Agudeza visual en Leizalarrea: busque (y encuentre) dos amanitas muscarias entre los boletus edulis
Sigue la labor recolectora y didáctica del EGR.
El 10 de octubre salí de Leiza y llegué a Goizueta. En la ruta: muuuuuchos hongos; dos montañas (Eguzkiko Muñoa y Urepel); el final de una pista (por sorpresa), una hora corriendo a lo sarrio para llegar a un autobús en Goizueta; camiseta, pantalón, calzoncillos empapados de sudor; un autobús perdido.
Cuatro kilómetros después de Goizueta, en la carretera a Hernani, una autoestopista amable.
¡Hala, releed el título de la entrada y a agudizar la vista!
P.D.: Dos o tres días después, Sergio estuvo por allí cerca.
El 10 de octubre salí de Leiza y llegué a Goizueta. En la ruta: muuuuuchos hongos; dos montañas (Eguzkiko Muñoa y Urepel); el final de una pista (por sorpresa), una hora corriendo a lo sarrio para llegar a un autobús en Goizueta; camiseta, pantalón, calzoncillos empapados de sudor; un autobús perdido.
Cuatro kilómetros después de Goizueta, en la carretera a Hernani, una autoestopista amable.
¡Hala, releed el título de la entrada y a agudizar la vista!
jueves, octubre 18, 2012
El amo Brad y los perros
Brad Pitt ha hablado.
Unos dicen guiarse por el olfato. Es una revelación de narices: "A mí, ¡oh!, siempre m'encantó el Nº 5". Otros ceden ante su mirada, su presencia, su voz, su "energía". "Su": la del amo Brad; es como la experiencia de los perros ante César Millán, el encantador de perros y dueños de los perros. Pero el amo Brad (el puto amo, diría Guardiola) es nuestro encantador. Y nosotros... Unos venteamos el aire caninos; otros cedemos ante ese estado de ánimo contagioso, ante esa voz, esa postura y apostura... Él lidera la manada mundial como para intentar vender un aroma con un vídeo. Todo esto tiene su lógica. Yo mismo, que no he comprado ni compraré Nº 5, y que no lo reconozco si lo olfateo a mi alrededor..., sé qué se ponía, o decía ponerse, Marilyn para dormir. Quizá porque yo soy un perro raro, un perro loco, tonto y de mil leches que se junta con cualquiera; y lo peor: uno de ésos que no entienden lo que le dicen sus amos. ("Es más lista...", dice la vecina del quinto cuando habla de su perra, "entiende todo lo que le digo").
En el siglo pasado me preguntaba por qué el fútbol en España lo presentaban en televisión señores más bien feos (no entraré en detalles y nombres). Me dijeron que en Italia ya había chicas cañón presentando el fútbol. En Italia tenían sentido común para saber cuál era el público futbolero (también tenían a Berlusconi).
Desde Marilyn se arrastraba este prejuicio de mujeres anunciando perfume para mujeres. Ya no. Brad Pitt ha hablado. El resto, manipulando a Shakespeare, es silencio y latidos.
Guau, guau.
lunes, octubre 15, 2012
Adi (1.458) y Zotalar (1.262)
El Pirineo navarro tiene, para mí, el encanto del anacronismo. A menudo camina uno distraído en la concentración por hayedos (sin peaje en las pistas previas) o cimas solitarias y huele el almizcle de un ciervo, encuentra el cobijo de una borda que no aparece en los mapas, o se topa con dólmenes o miliarios romanos. Aún es fácil creerse en otro tiempo, cuando...
Y por ese "aún" fuimos, el sábado 13 de octubre, Asun, Isabel, Pilar, Álvaro, Imanol, Patxi y yo a Zilbeti. Subimos al collado de Iremendi y lomeamos en suave subida a Zotalar. Desde allí y en un tobogán (animado por mi error norteador), alcanzamos la base sudoeste de Adi, en Lepotipi, con tiempo y ganas de almuerzo. Subimos a Adi contra la lógica del buche. Volvimos a Zilbeti por la pista que pasa cerca de Pilotasoro y desciende desde el collado de Lizartzu.
Hubo de todo.
Y el temor a que este recorrido por parajes naturales no pueda ser un viaje al pasado en el futuro (un eterno presente), porque la amenaza de las canteras (dolomita y magnesita) se cierne sobre este enclave idílico de Zilbeti. Leed:1, 2, 3.
Y por ese "aún" fuimos, el sábado 13 de octubre, Asun, Isabel, Pilar, Álvaro, Imanol, Patxi y yo a Zilbeti. Subimos al collado de Iremendi y lomeamos en suave subida a Zotalar. Desde allí y en un tobogán (animado por mi error norteador), alcanzamos la base sudoeste de Adi, en Lepotipi, con tiempo y ganas de almuerzo. Subimos a Adi contra la lógica del buche. Volvimos a Zilbeti por la pista que pasa cerca de Pilotasoro y desciende desde el collado de Lizartzu.
Hubo de todo.
Un buzón castañero |
Hongos (Boletus edulis) ejemplares. |
Trofeo para la primera mujer que ascendió Adi. |
Fotografía triunfal del grupo en el Adi con el Padre Patxi en el podio. |
Zilbeti en el fondo del valle, Peña Izaga e Higa de Monreal en lontananza, anaranjado en el quitavientos. |
Madalenaitz (860) y Urbaran (748)
Buzón cimero de Madalenaitz |
Tilo centenario cerca del acceso norte a la loma cimera de Madalenaitz. |
Patxi, que venía leído al monte, dictaba que había una cuerda... Y cuando la cosa se puso empinada de veras, cuando el boj entorpecía los pasos por el hayedo, después de encontrar fuera de senda dos tilos enormes, centenarios, y unos hitos, apareció la dichosa cuerda. Habíamos alcanzado la cuerda por la parte de arriba (y no era una zona rocosa tal y como yo, poco leído de esta montaña, sospechaba). Salvamos, siempre en ascenso, pero más suave, un laberinto de boj fácil en zigzag y llegamos a la larga loma de Madelenaitz. Avanzamos como vaqueros hacia el oeste, hacia la cima, entre el boj más menudo, más denso.
Llegamos, almorzamos y volvimos sobre nuestros pasos, rumbo este, hacia el paso de Olazabal, para añadir otra cima menor y emocionante a la jornada: Urbaran. Subimos con picardía: primero por la pista con pinturas de GR hacia el nordeste, ganando altura a la sombra y poco a poco, hasta que en el primer cruce importante arrancamos directos hacia la cima. La montaña tiene varias crestas calizas de pocos metros, divertidas, sin buzón.
Llegamos, almorzamos y volvimos sobre nuestros pasos, rumbo este, hacia el paso de Olazabal, para añadir otra cima menor y emocionante a la jornada: Urbaran. Subimos con picardía: primero por la pista con pinturas de GR hacia el nordeste, ganando altura a la sombra y poco a poco, hasta que en el primer cruce importante arrancamos directos hacia la cima. La montaña tiene varias crestas calizas de pocos metros, divertidas, sin buzón.
La larga loma de Madalenaitz desde Urbaran. |
Bajamos hacia Ihabar con la intención de enlazar con el "camino de la ermita" que habíamos visto en un mapa. Pero la intención (recta, sin duda) se encontró con algún cruce en el que no tomamos bien el camino y nos enzarzamos (y nos espinamos) por una senda mal dibujada. Salimos a unas campas repletas de endrinos y cometimos otro error cuando teníamos el paso cercano a Irañeta (nuestro destino de regreso) y retrocedimos en busca de un puente para salvar el río Arakil.
Hacía calor.
Hacía calor.
P.D.: Ítems: busca, tiempo, perdido, magdalena. (No me he podido aguantar...).
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