sábado, septiembre 02, 2006
Implementaciones montevideanas (2)
En Medialunas calentitas (croissants calentitos) me preguntaron cómo me llamaba.
-José Antonio, pero llámenme José.
Lo dije para dar facilidades, porque cuando intento lo de Josean siempre se complica la cosa...
-¡Muy bien, Antonio!
(Versión libre del: ¿Dónde vas? ¡Manzanas traigo!).
A cambio del uso y abuso del Antonio, me doy el lujo de entrar en la cafetería-pastelería (y otros "ía") y no pedir la consumición. Ellas saben que Antonio toma lo de siempre: un cortado doble en vaso, y ocho medialunas calentitas.
Antonio, además, acapara la prensa del lugar.
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7 comentarios:
¿Ocho? ¡¿Ocho?! Nuestra industria gastronómica sintió la llegada de Antonio. (Y sentirá la ida).
Me jacto de comerme 10 medialunas, yo solito. Y así estoy de flaco, limpio(pulcro) y soltero...
Una gran zampada de medialunas para la humanidad pero un pequeño picoteo para Josean.
(Bueno, bueno, Armstrong tenía más mérito: pisó la Luna, tocaba la trompeta, cantaba y ganó siete Tours).
eimb, comerás 10..., pero tampoco será esta semana después del empate con Tacuarembó.
Ánimo, habrá tiempo para festejar.
Mousiké, ya no hay "víctima" en este entorno de peceras dilbertianas. (¿Lo recuerdas aún?). Y ese vacío es tan difícil de llenar...
Mierda. Y yo intentando no comer dulces desde el lunes. Es el primer paso para bajar los 5 kilos de más del verano... es lo que tienen los pimientos rellenos de carne de la Agustina en exceso... Tengo hasta el olor a medialuna cerquita... uf... que me pierdo...
Ayer encontré el muro ese. Cerca de la Facultad de Arquitectura. ¡Qué chico es Montevideo!, no se puede ni postear en anonimato.
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