martes, noviembre 28, 2006

Santiagomendi


Por aquí aprendí a andar. “¿Estás cansado?”, me preguntaba mi padre. Yo siempre respondía: “No”. Y seguíamos mon-teaaaa-rri-ba monteabajo, y él se sonreía para sus adentros.
Mi abuelo decía: “Antes morir que perder la vida”.

11 comentarios:

Miguel Carvajal dijo...

Creo que Bill Gates te va a robar esa foto para el nuevo escritorio estándar de windows.

mi-tacua-uy dijo...

¡Así cualquiera aprende a querer las montañas!!! Sin embargo, hay un detalle: los alambrados. No hay caso, los mejores alambradores están en Uruguay.

tan versátil como acústica dijo...

perteneciste a una dinastía de deportistas. yo miro al cerrito de san antonio en vacaciones con mucha pereza.

J. dijo...

La cuestión aquí es si la respuesta "No" se adecuaba a tu estado real.
La verdad del vasco es opinable.

Anónimo dijo...

Se agradece una foto de Eresfea padre, a ver si coincide con la de Eresfea junior cuando se ríe a hurtadillas de cada vez que uno apechuga ante sus ensañamientos ortográficos que en este caso sería una suerte de Monte del Calvario).

Anonetoy dijo...

Me imagino al pequeño Eresfea con su jopito engominado respondiendo: "muelles de acero, señor".

Anónimo dijo...

Titular de hoy en Caras y Caretas: "Si un vasco es vivo, es Unamuno, si es bobo, Bordaberry" (¿¿¿¿????)

eresfea dijo...

Whatever, qué bien escribes.

Pobre loco dijo...

¡Qué paisaje! Recuerdo una caminata con Eresfea, en la cual me hizo detener a contemplar el paisaje. Me dijo "he aquí 50 casacadas del penintente de un golpe de vista". Y me di cuenta que en Uruguay tenemos buenas playas y nos tenemos que dejar de embromar con cascadas del penitente, quebradas del zorro y cerros pan con grasa.

eresfea dijo...

Pobre Loco, perdona, como creo que sabes, no era vanidad sino descripción. Y es así, a un vasco el Salto del Penitente le parece una caída de agua normal y corriente. Pero esas playas infinitas del este, con ballenas, con sorpresas de animales muertos por la orilla... Eso es alucinante.
También sorprende la amabilidad. Si te asomas a paisaje humano uruguayo, le puedes decir al vasco:
"He aquí 50 personas amables de un golpe de vista".

Al Nonino dijo...

Mi familia viene de Guipúzcoa. Se instalaron en Lavalleja, un departamento serrano, al este de Montevideo. "Es lo más parecido que encontraron al País Vasco", contaba mi abuela.
Muy cerca de allí hay un lugar que se llama el Salto del Penitente. No sé si llegan a 50, pero son unas cuantas cascadas.
Cyebrvueltas.