¿Eres de los que tienen calendario de papel?
Sospecho que disfrutarás este artículo de Szymborska rescatado entre las reflexiones lectoras de Prosas reunidas. Empieza así:
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¿Y por qué no dedicarle algunas palabras a
ese calendario de pared al que le vamos arrancando hojas? No deja de ser un
libro, después de todo, y bastante gordo, ya que no puede tener menos de
trescientas sesenta y cinco páginas. Llega a los quioscos en una edición que
alcanza los tres millones trescientos mil ejemplares, por lo que se convierte
en el mayor best-seller. Exige a sus editores una puntualidad absoluta, dado
que su aparición en el mundo editorial no puede retrasarse un año o un año y
medio. Requiere una perfección profesional de sus correctores, puesto que el
más mínimo error podría remover la conciencia de los lectores. Da miedo solo de
imaginar una semana con dos miércoles, o que el día de Sant Jordi usurpe la
festividad de San José. El calendario no es como una obra científica a la que
se le pueda añadir una fe de erratas. Tampoco es un volumen de poesía en el que
los errores del corrector pasan como un capricho de la inspiración. Toda esta
argumentación nos lleva a la conclusión de que tenemos entre manos una rareza
editorial. Pero eso no es todo. El destino del calendario no es otro que su progresiva
liquidación al ir arrancándole las hojas. Millones de libros nos sobrevivirán
y, entre ellos, habrá muchos que serán ridículos, inactuales o estarán mal
escritos. El calendario es el único libro que no se propone sobrevivir a
nuestra muerte, no reclama sinecura sobre el estante de una biblioteca y su
vida es, por norma, breve. En su modestia, ni siquiera sueña con ser
concienzudamente leído hoja a hoja, y sus páginas solo incluyen el preciado
texto por si acaso. Hay en él un determinado día, rimas, grandes frases,
chistes (los típicos de los calendarios, por supuesto), informaciones
estadísticas, adivinanzas, advertencias contra el tabaco y consejos varios para
combatir a los insectos domésticos (...).
Calendario de pared para el año 1973,
Varsovia: Ksiazka i˙
1 comentario:
Tengo calendario de papel, hago calendario de papel y disfruto y sufro del repaso minucioso de los 28 o 29 días de febrero y de que no se me escape un abril de 31 días.
Abrazo y feliz año.
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