Ayer, Asun, Pilar, Lourdes, Juanjo, Álvaro, Julen, Patxi y yo ascendimos, por este orden, Mendaur (1.131), Mendieder (1.070), Ekaitza (1.047) y Makilipurdi (890).
Subimos por Aurtiz, dejamos los coches a una buena distancia de la presa de Arrustaillegi, para calentar las piernas. Desde la presa, la ascensión a Mendaur se complicó un poco por lo resbaladizo de alguna placa de nieve helada. Luego, cuando la nieve afirmaba los pasos, sacudía el viento. En la cima del Mendaur nos refugiamos en la ermita de la Trinidad. Chorizo salmantino, jamón, queso, nueces… Álvaro tenía un día esforzado y peleó en la conquista del fuego de la chimenea.
Descendimos al collado de Buztitz, subimos Mendieder.
Nos animamos: “¿Y Ekaitza?”. Gran respuesta: “¿Por qué no?”.
Ekaitza entre nubes.
“¿Y Makilipurdi?”.
Makilipurdi también. Es una montaña menor, un espolón sobre Zubieta. En la senda del Ekaitza a Makilipurdi (Norte-Sur), vimos dos cruces de arenisca rosada, el hayedo precioso… Y esa roca final donde nos golpeó una nieve granizo. Es curioso que Makilipurdi, una especie de cucurucho rocoso a la vista desde todos los lados, tenga arriba una mesetilla herbosa y sin buzón.
Regresamos a los coches por el camino de Caperucita (el más largo, por la pista de Arrustaillegi). Dejamos para otro día el camino del lobo (el corto) por Mutilondo y Zinalki.
Algunas montañas ya no tienen casi montañeros. El entorno de Mendaur es un caso paradigmático, un emblema de otro tiempo relegado hoy a un plano secundario. La gente se guía con pinturas y, sobre todo, con las guías, mapas y revistas; la ambición apunta a los tresmiles pirenaicos (y de ahí, secretamente, a los Alpes, a los Andes y al Himalaya...). Y quedan relegadas las montañas de mil y pico metros, nuestra escuela tradicional de montaña.
P.D.: Haced clic en las imágenes, los rostros dicen mucho.
9 comentarios:
¿Mendeder se llama? ¿No será Metzelder?
Escribo.
En esos montes nos veremos, nuestra ambición apunta a otro lado.
Mendaur... calor... bebiendo agua filtrada entre unas piedras...
Creo que hay un doble fenómeno relacionado con el coche. Nos permite acercarnos mucho más (y cuando queremos) al monte. Antes había que dominar los horarios de trenes y autobuses super-locales.
Pero introduce una nueva servidumbre: tienes que recogerlo luego. Lo que conduce al aumento de los itinerarios circulares o los de ida y vuelta, perdiéndose las atractivas travesías: Otzaurte-Aránzazu, Urnieta-Adarra-Mandoegi-Arano, Aralar de un extremo al otro.
Interesante y cierto lo comentado por Leitzaran. También es interesante la capacidad que desplegamos por aquí de salir y subir al monte con semejantes condiciones de frío, humedad, viento, ..., quizás de esa manera disfrutamos el monte siempre, no solo cuando está iluminado por un Sol sin nubes.
Hijodedogbert, ya era hora de que regresaras... ¡Mendieder, so merengón, Mendieder!
Me encanta, Sergio, ese uso mayestático de la primera persona del plural: "nuestra ambición".
Leitzaran, cada vez quedamos menos con esas nostalgias... A mí me duele que el tren de cercanías (Otzaurte, Urbasa...) ya no es lo que era.
IK, cuando hace frío, siempre digo(medio en broma, medio en serio) que el frío es un estado de ánimo. (Como la fatiga, como el hambre, como...).
En las jornadas difíciles se disfruta de algo maravilloso. Tienen mucho de victoria personal.
Me alegra comprobar que Patxi ha vuelto para quedarse :)
Patxi, Gepeeseman.
Qué gran cordal.
Andaaaa, si está Julen!!
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