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Bodegón de Pilar. |
Algunos dirán que nos estamos ablandando tanto que, en vez de fotografiar las doncellas pescadas con su cabeza (y esa mirada redonda y muerta que interpela a algunos), las mostramos decapitadas, evisceradas, desescamadas. Pero este verano éramos mucho más prácticos que sensibles: había que aprovechar el sitio en la sartén.
P.D.: También hay un karraspio.
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