Los guipuzcoanos fueron los primeros hipsters adictos al fitness

Se hacían llamar várdulos... Quién negará  que, con la melena y las barbas contemporáneas, con el pecho depilado, vestidos como recién salidos de la sauna, posan con esa contemporaneidad insultante de fotocol heráldico. Lo de menos es que en vez de smartphones tengan mazas con nudos (ay, qué aspereza) o que baste uno de ellos para sostener ese escudo enorme con rey en trono (¿Alfonso VIII, Enrique IV?) y doce cañones (¡catapún!, recordatorio de cómo las tropas guipuzcoanas, aliadas de Fernando el Católico, dieron pomada a los navarros en Velate en 1512, y dejaron una herida abierta en esa zona tan próxima al coto micológico de la Ulzama).
Desde hoy defenderé que los guipúzcoanos fueron los primeros hipsters adictos al fitness.