El cortentulio opina de cualquier cosa (aunque no sepa demasiado de eso de lo que opina) y antes de opinar ya se sabe qué va a decir, pero, además, tiende a interrumpir otras opiniones tan infundadas y predecibles como la propia. El cortentulio abunda en la televisión y la radio españolas, quizá porque es más barato que el científico o el reportero, y porque en la mayor parte de los ciudadanos españoles ruge la vocación de un pequeño cortentulio que busca abrirse paso.
Los cortentulios españoles son de dos tipos:
-del corazón (no son médicos),
-de todo lo demás.
P.S.: A buena parte de los cortentulios presentes en las redes los llaman trols.
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